lunes, 1 de junio de 2009


Desde finales de la Edad Media, se utilizaban planchas de metal para planchar la ropa. La forma de las mismas era similar a las actuales contando con una base de forma triangular y un asa superior con la que se manejaba. Su peculiaridad era la forma de transmitirles calor que se conseguía apoyándola sobre una estufa o un fuego durante el tiempo necesario. Para evitar quemaduras las amas de casa debían agarrar el asa de hierro ayudándose de un trapo grueso. Posteriormente, se inventarían planchas con mangos no conductores fabricados en madera.

Desde finales de la Edad Media, se utilizaban planchas de metal para planchar la ropa. La forma de las mismas era similar a las actuales contando con una base de forma triangular y un asa superior con la que se manejaba. Su peculiaridad era la forma de transmitirles calor que se conseguía apoyándola sobre una estufa o un fuego durante el tiempo necesario. Para evitar quemaduras las amas de casa debían agarrar el asa de hierro ayudándose de un trapo grueso. Posteriormente, se inventarían planchas con mangos no conductores fabricados en madera.

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